Nunca ha sido más aparente la falta de estrategia en cuanto a los aranceles unilaterales impuestos por Donald Trump al resto del mundo que los que hace unas horas fueron pospuestos, por 90 días... Con la excepción de los impuestos a la República Popular de China.

Apenas este jueves, por otra parte, el presidente Trump señaló que México podría enfrentarse a “sanciones y aranceles” debido a un presunto incumplimiento a un tratado internacional de aguas que data de 1944.

Y así, cómo han señalado los diplomáticos rusos liderados por Serguéi Lavrov, se demuestra una vez más que los Estados Unidos, cómo parte del “concierto de naciones” son incapaces de mantener acuerdos (non-agreement capable). Trump va a gritar, amenazar y patalear en lugar de encontrar algo de estabilidad que le permita apaciguar, que no mejorar, ya que a estas alturas del declive de su país esto es imposible, los grandes problemas que enfrenta su población.

Así, China responde en una actitud pocas veces vista durante su historia, con sanciones “tit-for-tat”, o toma y daca. A fin de cuentas, contrario a las mentiras que repiten una y otra vez los pregoneros del difunto neoliberalismo y agoreros del desastre, que la República Popular cuenta con un mercado interno fuerte y una relación importante con Rusia y otros países que pueden proveerle de las pocas cosas que necesitan del exterior para tener un estilo de vida cada vez más alto.

China responde y el principal afectado, pese a la propaganda que ellos mismos terminan por creer, serán los propios Estados Unidos.