No cabe duda que el proceso de selección interna de Morena para elegir a quien será su candidata o candidato presidencial tendrá mayor relevancia y peso político que la propia elección para definir al sucesor de Andrés Manuel López Obrador a celebrarse en menos de un año, en junio de 2024.
Lo es por la presencia cada vez mayor de Morena a lo largo del país, refrendada con la reciente victoria de Delfina Gómez en el Estado de México, por la inamovible popularidad del presidente de la República y por la inexplicable ausencia de una oposición sólida y competitiva.
Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que será a través del método de la encuesta como se definirá a quien compita por Morena en el proceso electoral federal que arranca este año. Esto supondría que el mandatario mexicano con mayor poder en las últimas décadas renunciaría a la potestad meta constitucional de señalar a quien habrá de representar a su partido en las elecciones más relevantes para el país.
Tomando esto como cierto, la encuesta de Morena tendría que ser lo suficientemente rigurosa, transparente y creíble para evitar escenarios innecesarios como el ocurrido en Coahuila recientemente, en donde las suspicacias del método utilizado generaron una ruptura interna y, por ende, la derrota del partido guinda.
La metodología utilizada en el caso de Coahuila es la que ha sido seleccionada para otras contiendas y consiste en una serie de preguntas sobre diversos atributos de los contendientes que generan una calificación final con la que se define al puntero que resultará triunfador de la carrera interna.
Sin embargo, estos procesos se han dado en una preocupante opacidad, sin que los propios aspirantes conozcan a ciencia cierta la forma en que se dieron los levantamientos, se aplicó la puntuación y se tomó la decisión final.
La credibilidad de este proceso interno será la base de todo. Por ello, hay quienes proponen reducir de diez a una las preguntas con las que será consultada la ciudadanía. ¿Quién considera usted que debe ser la candidata o candidato de Morena para las elecciones presidenciales de junio de 2024? El elector tendría frente así los nombres de las seis posibilidades que hasta ahora se conocen y definir directamente al abanderado de su preferencia.
Es algo similar que estar frente a una papeleta en una urna electoral. Las y los ciudadanos se enfrentan a una sola pregunta y no a diez interrogantes sobre los atributos de los candidatos. Para ese momento, los votantes saben quién es cada uno de los aspirantes, cuáles son sus positivos y cuáles sus negativos.
Morena está frente a la oportunidad histórica de consolidar su proyecto. Una elección interna cuestionada o que parezca desaseada podría poner en tela de juicio los logros obtenidos en estos últimos años. Nadie en ese partido, estamos seguros, busca frenar el avance al que se ha llegado.
Felipe J. Pérez en Twitter: @pipemx