Trump regresó al poder y comenzó a cumplir su palabra. Siempre dijo la verdad. Su segunda toma de posesión tiene mucha tela de dónde cortar: forma y fondo. Podríamos hablar de los detalles, los desplantes y la personalidad ególatra del presidente estadounidense.
Hablarán mucho del enorme sombrero de Melania Trump, que no se quitó en ningún momento; de la risa de Hillary Clinton cuando Trump anunció el cambio de nombre del Golfo de México; del vehemente discurso de Elon Musk, y de los aplausos a rabiar de los dueños de Facebook y Amazon. Una jornada preparada para dar gusto al “pueblo bueno” norteamericano que lo regresó al poder y placear a sus nuevos aliados.
Tiene razón Marcelo Ebrard cuando dice que a Donald Trump hay que tratarlo con inteligencia y cabeza fría. En esta lógica, lo primero es conocer el contenido textual y los alcances de las órdenes ejecutivas firmadas por Trump que afectan a México de manera directa.
En migración, Trump restableció sus disposiciones de 2019, con las cuales ya hemos lidiado: redadas y deportaciones masivas, cierre de pasos fronterizos, restablecimiento del programa “Quédate en México” y eliminación de la aplicación CBPOne. Si alguien sabe cómo darles la vuelta a las deportaciones y evadir a la policía son los migrantes. Además, las redes sociales de apoyo se han fortalecido, lo mismo que los servicios consulares de México, por lo cual se prevé que darán una intensa batalla legal y en la opinión pública.
En caso de deportaciones masivas, está en marcha el plan “México te abraza”, un programa muy amplio y humanitario para el regreso y la reintegración de nuestros nacionales repatriados.
Respecto a la declaración de los cárteles como grupos terroristas, la cosa no es tan fácil ni de manera inmediata. Repito: hay que conocer el contenido textual de esta orden ejecutiva. Sin ceder soberanía y en un plano de igualdad, podemos aprovechar la decisión de Trump para poner los ojos de la opinión pública en los cárteles estadounidenses y en las causas del consumo en Estados Unidos.
Al anunciar posibles aranceles a México el próximo 1 de febrero, Donald Trump abrió un espacio para la negociación y el análisis de dicha medida. No sabemos lo que hará Canadá, pero México debe aprovechar estos días para exponer ampliamente las inconveniencias para la economía estadounidense de establecer aranceles a los productos mexicanos. La idea es que, después de que se conozcan los beneficios que ha reportado el tratado para ambas naciones, Trump desista de esta propuesta. Sin embargo, podría negociarse un porcentaje mucho menor que sea manejable para México y que le permita a Trump quedar bien con su electorado. Eso lo sabremos una vez que las partes se sienten a la mesa con datos y con las opiniones de los diferentes actores económicos que operan en ambos lados de la frontera.
Respecto al Tratado de Libre Comercio, pase lo que pase, tendrá que renegociarse en el 2026. Es voluntad de México continuar con la integración económica con América del Norte y ampliarla a otras partes del continente. Sin embargo, también está claro que existe una tendencia a nivel mundial que plantea que la era de los tratados de libre comercio se ha agotado. Por ello, es muy importante prepararse para cualquier escenario. El anuncio del Plan México, por parte del gobierno de Claudia Sheinbaum, es un primer paso muy importante para diversificar nuestra economía y nuestros socios comerciales.
Por lo pronto, para enfrentar las turbulencias inmediatas en el mercado financiero, la inflación y las fluctuaciones en la paridad, el gobierno mexicano tiene instrumentos de política económica, que utilizados de manera responsable y eficaz, le permitirán mantener estables las principales variables económicas.
Tenemos que sobrevivir a Donald Trump. Puedo decir que tenemos mejores condiciones ahora que hace ocho años. Por cierto, el verdadero himno migrante existe desde hace mucho tiempo, nació del pueblo, lo cantan Los Tigres del Norte e inicia así:
“Porque somos los mojados,
siempre nos busca la ley,
porque estamos de ilegales y no hablamos el inglés,
el gringo terco a sacarnos y nosotros a volver”.
Eso pienso yo. Usted, ¿qué opina? La política es de bronce.