“No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo.”<br>
Alejandro Dumas
“La perspectiva permite el juicio, la comparación, la reflexión.”<br>
Jean-Paul Sartre
Andrés Manuel se asemeja en diversos estadios a Hugo Chávez, ese presidente venezolano que despierta terribles remembranzas. No lo digo yo. El mismo The Wall Street Journal ha hecho comparaciones al respecto; ayer la más reciente.
En este momento, lo que más preocupa al diario estadounidense es la propuesta de ley impulsada por Morena para modificar la operación del Banco de México. Diversos sectores norteamericanos sostienen que si dicha iniciativa se aprueba, el destrozar el proyecto del NAICM será comparativamente hablando una minucia. Pero es tan solo otro tema en el que López Obrador también se asemeja al difunto mandatario antes mencionado...
Más allá de su olfato, donde uno aseveró: ‘Ayer el diablo estuvo aquí. Huele a azufre todavía’ (ONU 2006), y el otro: ‘Fuchi caca’, hay un asunto no tan oloroso pero más podrido. Y este es el acecho bajo el cual, dentro de la 4T, se encuentra uno de los derechos fundamentales: la libertad de expresión.
Y es que los miembros de la presente administración federal finalmente han probado en carne propia (entiéndase en cuentas asociadas a sus miembros y/o seguidores) lo que es ser vapuleados y aporreados estando en el poder; a veces sin razón y otras muchas como respuesta a un pésimo accionar gubernamental.
Así también, a los ojos de la Cuarta Transformación, las ‘benditas redes sociales’ pasaron a ser malditas y cuestionadas cuando clausuraron temporalmente las cuentas de Donald Trump el gran ‘amigou’ de AMLO. Eso sin olvidar que, mientras los lopezobradoristas eran oposición, exigían que la autoridad no bloqueara a nadie de sus redes. Pero ahora que ellos están en el gobierno, más de un funcionario ha restringido el acceso o ha impedido intercambios con quienes disienten de sus hechos o sus decires (¿verdad @Irma_Sandoval?).
El presidente ya había afirmado días antes, desde Palacio, que si Twitter seguía suspendiendo temporalmente cuentas de la 4T (las cuales engañan, hacen proselitismo, comparten fake-news y se dedican a denostar y maldecir a críticos), se pensaría en hacer una red social del Estado.
Sin embargo, el asunto que nos ocupa ahora es que mientras tan peregrina idea cobra vuelo, el senador Ricardo Monreal, legislador morenista y defensor de iniciativas que defenestran el Estado de Derecho de nuestro país, espetó en Twitter (al parecer para eso sí sirve dicha red): “la libertad de expresión en el ciberespacio no debe ser regulada por la iniciativa privada, ya que corresponde únicamente al poder legislativo manifestarse respecto del catálogo de derechos humanos que derivan directamente de la Carta Magna.” ¡¡¡Ah, jíjole!!!!
Es menester sacar al legislador @RicardoMonrealA de su error: de acuerdo al marco constitucional y la división de poderes, la única obligación del Senado ante los derechos humanos inalienables del hombre y la mujer es mantenerlos, ampliarlos y protegerlos, no buscar cómo regularlos. La misma libertad de expresión que hoy puede sacarles de quicio es una esfera en la que los legisladores no pueden ni deben ejercer su poder de veto.
Monreal considera que las redes sociales son un recurso democrático puesto al alcance de toda la población y como tal son una cuestión pública. Bien hasta ahí. Pero olvida que, por lo mismo, las fuerzas y razones que los enmarcan son del ámbito supranacional, uno en el cual él no puede ni debe decidir. Una nueva dimensión que sobrepasa el entendimiento y las cuotas políticas que puede sugerir cualquier legislador al molestarle la libertad de expresión.
Adicionalmente, y como si lo anterior no fuera suficiente, Monreal Ávila anunció también que en este periodo ordinario de sesiones presentará una iniciativa para establecer mecanismos eficaces de conservación, protección, impulso, producción, distribución, comercialización y exhibición de materiales cinematográficos y audiovisuales. Un retroceso a la época donde las películas eran censuradas, cortadas y distribuidas por el Estado mexicano. Burda copia de lo ejercido por el chavismo.
La propuesta de Monreal es solo la continuación de una tergiversación de la realidad representada también de la decisión de una apologista del régimen (@estefaniaveloz) de no haberse quejado de que llevaba varios días sin luz porque ‘con eso ayudaría a la privatización’... para quien esté dispuesto a verlo, así y allí se traza un camino demencial.
Monreal está a un paso de pasar a la historia (tan cara para la 4T, más aún para los mexicanos) como aquel inquisidor que no entendió el tiempo que le tocó vivir; abonando para hacer de López Obrador un nuevo líder con su programa “Aló Presidente” versión mañaneras.
Parafraseando al venezolano: “aquí huele a la más rancia censura”. Y sí, la 4T ya mete sus manos; los hipócritas de América Latina buscan nuevas formas de acallar al contrario.