“No hagas nada que sea vergonzoso, ni en presencia de nadie ni en secreto. Sea tu primera ley... respetarte a ti mismo.”

SÓCRATES

“Es nuestra vida tránsito doblado

entre abismo y abismo;

el hombre que lo pasa descuidado

perece por sí mismo.”

JOSÉ JOAQUÍN PESADO

Dolor. Pena. Al momento de hacer esta entrega van dos marineros muertos y 20 cadetes heridos por la colisión del buque escuela Cuauhtémoc contra el puente Brooklyn de Nueva York. Vergüenza y rabia al ver lo que pasó con el gallardo buque que tantas veces y en un sinnúmero de eventos nacionales e internacionales ha representado a nuestro país.

Surcando los mares desde 1982, no había sufrido una tragedia de tal envergadura. ¿Lo peor? Lo de siempre con este gobierno de cuarta: la incompetencia.

Un accidente no fue; tampoco ‘un incidente’. Estoy confiada en que los responsables respondan ante la autoridad militar, mas lo anterior no deja de mostrar el poco cuidado, la dejadez, la falta de pericia y una absoluta irresponsabilidad cuando se trata de que ‘la transformación’ maniobre. Siempre, en el asunto que sea, incluso en lo más improbable.

Esto no debía haber ocurrido; no se trataba de la dificultad de una exhibición de acrobacias aéreas. Y no, no hubiera ocurrido de tomarse las previsiones adecuadas. Pero el ‘hubiera’ no existe y ahí están los muertos y un barco lastimado para demostrarlo. Y lo humillante… ser el hazmereír de todo el planeta.

Siempre podrán aducir que fue culpa de quienes largaron las amarras (soltaron las cuerdas que mantienen al buque pegado al muelle), que la corriente fue muy fuerte o que “Trump movió el puente” (es burla, pero no dudaría que alguno lo diga en serio; ¿se acuerdan de la senadora de Morena que sugirió que la oposición movió una ballena hidráulica para que se cayera el Metro?). Lo único cierto, es que los responsables no hicieron su labor.

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¿Dónde estaba el capitán? ¿Viendo cómo un militante de Morena promovía las elecciones judiciales desde el buque escuela? ¿En qué momento el orgullo nacional se convirtió en un garete para promover unas elecciones que solo acarrearán mayores injusticias en México? Y por si fuera poco, hablando desde el fanatismo de la militancia partidista. ¡Válgame!

No, el buque escuela no es para que un partido se pavonee; nunca lo hicieron los otros, los conservadores, los neoliberales, los usurpadores…

El Cuauhtémoc estuvo en Nueva York un lejano 4 de julio de 1986; en la celebración de los 100 años de la Estatua de la Libertad. En ese momento sabían que no podían tratar de pasar por debajo del puente de Brooklyn. También sabían el alto honor que significaba estar ahí en ese particular momento. En aquella celebración participaron 22 buques de diversas partes del mundo. ¡Qué lejos queda en la memoria!

Sin embargo, más allá de la tristeza, lo que sucedió con el buque Cuauhtémoc es la metáfora perfecta del México cortesía de la 4t. Uno que suelta las amarras de lo que lo sostiene como una nación con un perfectible Estado de derecho y prefiere ir a la deriva, con una corriente que no le permite maniobrar ni parar y solo le lleva a estrellarse de frente contra lo que en cualquier otro momento hubiera sido imposible.

Un barco que dejó de usarse para su fin último (buque escuela para marinos) y convertirse en escenario de las pretensiones de un partido. Instituto político y miembros que culparán a todos y a quien se deje de la tragedia sucedida, pero que será incapaz de hacer una reflexión para ver en qué se equivocó.

El Cuauhtémoc, el buque escuela de México, uno de los más bonitos del mundo (lo dicen los expertos) acaba de sufrir una tragedia en sus mástiles por la incompetencia y estulticia de sus mandos.

¿Cuánto tardarán en reparar el Cuauhtémoc?, ¿cuánto tiempo tardará en tener otra vez sus tres mástiles y con ellos, recobrar el rumbo y volver a navegar? Un país tarda mucho más en recuperar el rumbo, en “achicar” el agua que le entra por todas partes, pero al igual que el Cuauhtémoc podrá ser restaurado y continuará sus viajes, el país, también saldrá adelante.

Giro de la Perinola

Valdría la pena recordarle a Trump, ahora que cita tanto a Ronald Reagan (también republicano), que como celebración de ese primer centenario, 16 mil migrantes juraron como ciudadanos estadounidenses al unísono. Seguro hoy el anaranjado presidente los deportaría de golpe…