“A mi dan penita los exgobernadores y exgobernadoras que aceptan chambas en el servicio exterior mexicano acabando de perder las elecciones en sus estados. Se ve mal, se presta a malas interpretaciones. ¿O no?”

Enrique de la Madrid

Apuntar las miradas y designar a priistas en embajadas y consulados no hace de México un país —más— plural, aunque así se considere en Palacio Nacional. Tampoco nos hace muy plural que digamos el promover, mandando como nuestro representante en el exterior, así sea a Panamá, a un hombre acusado —múltiples veces, por múltiples mujeres, en múltiples instancias— de acosador. Eso hace a quien designa y a quienes aceptan los cargo unos sinvergüenzas. A nosotros, los mexicanos, que nos tengan lástima. En otras palabras, que despertemos penita ajena.

¡Un acosador no debe ser embajador!, que diga una playera, aunque Pedro Salmerón pudiera ser un magnífico historiador. Una cosa no quita la otra. Por elemental prudencia —decencia es ya pedir mucho— no se debe de nombrar a una persona sobre quien penden acusaciones de una larga lista de mujeres. Una burla máxime cuando en nuestro país son asesinadas en promedio diez mujeres al día tan solo por el hecho de serlo. ¿De veras el presidente no aprendió nada con el asunto Felix Salgado Macedonio? Yo pensé que sí; que solo simulaba que no. Por lo visto me equivoqué.

La violencia ejercida contra las mujeres, desde la puya verbal, la agresión psicológica, física, el asalto sexual y llegando al asesinato, no debe ni puede pasar por alto ni siquiera ante la designación como embajador de la 4T a un acosador más. No es lo correcto, no puede suceder.

Desafortunadamente, la agresión contra las féminas pasa de largo en este gobierno; bueno, eso hasta que la presión social es de tal magnitud que la autoridad debe recular. Y a veces ni siquiera eso. Repito: así pasó con Salgado Macedonio (quien en los hechos es actualmente gobernador de Guerrero) y así está sucediendo con Pedro Salmerón.

Su nombramiento es un desprecio más hacia todas las mujeres violentadas, quienes sufren la violencia de género en todas sus formas. El gobierno feminista y la política transversal de la 4T, puro cuento. Los hechos muestran la realidad y esta es la de un desprecio absoluto hacia nosotras, ellas, todas, el género femenino.

El nombramiento de Pedro Salmerón es solo el más cuestionado de estas nuevas designaciones anunciadas, mas no el único. Todas las encomiendas en su conjunto parecieran querer dar el mensaje político de que los estados donde Morena ganó el año pasado fueron “cedidos” por los priistas que hoy son apapachados con cargos en el exterior.

Tal vez el más cuestionado sea el consulado de Barcelona otorgado apenas a Claudia Pavlovich, ex gobernadora de Sonora, donde hoy gobierna Alfonso Durazo. Su nombramiento es una cachetada al estoico pueblo sonorense y a quien hoy es su gobernador. No olvidemos que Durazo acusó a la cuasi cónsul de dejar endeudado al gobierno estatal, situación que no le permitía a finales del año pasado ni siquiera pagar el aguinaldo a los servidores públicos. Una deuda de tal magnitud, que el mismo gobierno federal tuvo que intervenir.

¿Ese es el mensaje de López Obrador? ¿Desprecio a Durazo? ¿No? Pues perdonen ustedes, pero eso parece. Pamplinas lo de la “pluralidad”; esto se trata de un premio, lo cual es doblemente significativo.

En primer término, premiar a la oposición que no hizo nada por apoyar al candidato proveniente de su mismo instituto político. En segundo término, asoma la posibilidad de que Morena no es tan fuerte cómo parece y requiere de los apoyos de los gobernadores salientes para poder triunfar. Es también, un golpe a los morenistas quienes quedaron como gobernadores y a los que quedaron en el tintero como precandidatos.

Un aviso de que no son ellos, sino ¡las negociaciones! ¡Vaya forma de debilitarlos!

Estamos una vez más delante del único escenario posible: solo López Obrador existe; él todo lo puede, no necesita de nadie.

Y así tenemos que Alfonso Durazo tuvo que morderse la lengua, pues después de haber acusado a la ex gobernadora de haber endeudado a Sonora hasta la ignominia, ahora tuvo que avalar el nombramiento. Una política más que no tendrá que rendir cuentas de su gobierno… “Zanahoria o palo” (traducido en: embajadas/consulados o cárcel, como a Rosario).

Pero Claudia no está sola. ¡Qué va! Sabemos que la invitación a Quirino Ordaz Coppel, exgobernador de Sinaloa, a ocupar la embajada de México en España también generó reacciones ne el PRI.

también generó reacciones en el PRI. Y la más significativa fue la del país del destino, quien ha rechazado al sinaloense como embajador; al menos no le ha dado el beneplácito o plácet durante meses, lo que es bastante grave. No se olvide, dichos puestos cuando no se trata de diplomáticos de carrera, deben ser reconocidos por el país que fungirá como anfitrión y deben ser personas con una honorabilidad a toda prueba. Algo hay con Sinaloa que nada más no les late. ¿También de eso culparemos a los españoles?

Carlos Miguel Aysa, exgobernador de Campeche, obtuvo su premio por permitir que Layda Sansores —después de mucha porquería que fue y vino— se llevara tan significativo estado. Pero en este caso es más significativa la entrega: no se olvide que la pugna entre Layda y el candidato de la oposición fue muy cerrada y en algún momento se pensó que la pelirroja “Miss Clayrol” (o el tinte que ud. quiera, pero siempre financiado a costa de nuestros impuestos) podía perder…

Agreguemos que ahora todo hace pensar que después del entripado —con razón— de Omar Fayad, todavía gobernador de Hidalgo, por la forma en que nombraron a la candidata de Va por México que le iría a suceder, si su sumisión podrá ser premiada con la embajada de México en la Ciudad Luz. Fayad podrá estar pensando: “París bien vale un hidalgazo”.

El desprecio hacia el cuerpo diplomático del país también siembra muchos dolores anímicos, además de los laborales. La diplomacia mexicana es considerada como una de las mejores del planeta. De las más cuidadas y cultivadas. El despreciarlos en su mayoría para poner a un acosador y a gobernadores que buscan no ser auditados es una ofensa más contra quienes han dedicado su vida a representar a México.

Muy “diplomáticamente”, el otorgar embajadas y consulados a exgobernadores donde ganó Morena, se lee como un “derecho de piso”; la entrada al mundo de la 4T. Al lopezobradorismo no se le ha ocurrido —porque no le conviene—que, así como los burócratas no podrán trabajar ya para la IP en los 10 años siguientes de dejar el cargo, los políticos no se puedan ir de embajadores o cónsules en los siguientes 10 años de haber concluido su encargo como gobernantes electos.

La 4T es un espacio donde la congruencia no existe, solo una sumisión absoluta a los deseos del inquilino de Palacio. ¿Le sigo con el caso Porfirio Muñoz Ledo?

En fin, que eso, aquí y en China, se llama “un cochinero”, y no solo da penita ajena por ellos. Da en la torre al orgullo propio porque México no debe ser representado por dichos individuos.