“Comprendí que el orgullo y la arrogancia, aunque son una defensa para ser diferente, son una lamentable defensa.”

HENRY CAVILL

Hasta la presidenta Claudia Sheinbaum señaló que la diputada Diana Karina Barreras se pasó de lanza. Calificó como “un exceso la sanción a Karla Estrella”; la mandataria recordó que el poder es humildad, no soberbia.

Muy bien. Llamemos, entonces, las cosas por su nombre. Lo hecho en contra de Karla Estrella es un acto de abuso desde el poder; los políticos involucrados en el asunto rebosan soberbia. También los que dictaron la sentencia en el Tribunal Electoral, quienes se han convertido en paleros del régimen morenista.

Llamemos también al INE y al Tribunal electoral a que rindan cuentas de su actuar, de su exagerada pena; de su sentencia sin sentido, dado que Karla Estrella NO se dedica a la política. Ella no socavó la carrera de la diputada Diana Karina Barreras puesto que esta llegó al cargo y hoy por hoy despacha desde el Congreso de la Unión.

Basta de hipocresías. Ahora resulta que a una diputada que ha abusado de una ciudadana se le debe proteger incluso su nombre, mientras que la sancionada tiene que hacer locura y media para cumplir con una sentencia que es exagerada y abusiva. En una de esas hasta ilegal.

La diputada Diana Karina Barreras NO es un “Dato Protegido”, como la autoridad hace que le llame Karla Estrella en sus publicaciones donde tiene que pedir perdón. Si la legisladora utilizó todas las instancias gubernamentales para linchar a una ciudadana, que todos sepan quién es y cómo se llama. Construyamos desde la sociedad de una forma inteligente para poder defender a una ciudadana y dejar expuestos como soberbios a quienes procedieron contra ella.

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Se le debe proteger desde el ámbito legal, pero también desde el aspecto mercadológico, propagandístico y de comunicación. Parafraseando parte de la sentencia del tribunal: “de manera digital y análoga”. Pero que no quede en un simple enojo en redes sociales; hagamos constar el abuso de nuestros gobernantes a través de ellas, pero saltemos también a los ámbitos familiares, profesionales, institucionales. Hagamos de la denuncia diaria una forma de exhibir a quienes son soberbios en y desde el poder. Nuestra propia protesta puede visibilizar lo que hoy es un retrato de las injusticias que suceden en el país cortesía de la 4t. La primera escala del enojo social no necesariamente tiene que ser la calle; puede generarse, primero, un impacto mayor en las estructuras del poder.

Tal vez el atropello que sufre Karla Estrella sea el comienzo del poner un alto a los abusos de poder y el ansia que al parecer tienen de terminar con la libertad de expresión. Hay momentos, acciones o dichos de los políticos que son la chispa que enciende el enojo contenido de los ciudadanos.

Si creemos que no hay motivo suficiente, analicemos lo siguiente: la insidia con la que atacaron a Karla Estrella puede ser sufrida el día de mañana por cualquiera de nosotros por una publicación, un dicho, una imagen. La sanción decretada a Karla no es a solo a ella, es a todos los mexicanos. Es el aviso de lo que nos pueden hacer a cualquier persona, mismo a simpatizantes de la 4t. Si interiorizamos y entendemos esto, defenderemos tanto la libertad de expresión (la nuestra; en esta ocasión no fue necesario proteger la de la prensa), como a cualquier individuo que el TEPJF (o el INE o la autoridad que gusten) decida vulnerar desde el poder.

No dejemos de expresar nuestra opinión sobre los políticos; para ello no es necesario decir malas palabras ni caer en violentar alguna normatividad. Basta con señalar los abusos, faltas, indolencias y corruptelas de la clase gobernante; dar a conocer sus muchas y variadas ilegalidades y arbitrariedades.

Aquí no se trata de alcanzar un balance; se debe llegar hasta el otro extremo. Defender a Karla plena y completamente.

No permitamos que conviertan la “violencia política en razón de género” en un candado a la libertad de expresión. Esta debe existir para defenderse de la autoridad. La censura por parte de la 4t se está generalizando; hay que prestar suma atención.

Giro de la Perinola

(1) ¿Por qué una disculpa pública durante 30 días? ¿Acaso el Tribunal asume que la legisladora no entiende a la primera?

(2) Necesario saber qué fue lo que hizo que Claudia Sheinbaum reconociera este problema. ¿Fue el repudio continuo en X?, ¿fue el tamaño de la injusticia? ¿Es esto una victoria momentánea y pírrica para la libertad de expresión?

(3) Falta señalar como abuso a la fiscalía de Campeche y a la gobernadora Layda Sansores, al ir contra el periodista Jorge Luis González Valdez, acusado por política de género. Sus nuevas medidas cautelares se traducen en censura y vulneran el derecho a la libre expresión.

(4) Abuso también el de Gerardo Fernández Noroña al obligar a un ciudadano a humillarse en el Senado y pedirle perdón. No se nos olvide.

(5) Abuso sobre Héctor de Mauleón y El Universal por parte del gobierno. Abusos que sumados son una declaratoria contra la libertad de expresión y, no, ni siquiera provienen de Palacio Nacional.

(6) ¿Lo adecuado? Que las palabras de la presidenta Sheinbaum no queden solo en una conferencia de prensa; que haga al Tribunal repensar su sentencia y que el constante enojo ciudadano lleve a la diputada y a su esposo a dejar de presentarse como víctimas.