“En la vida, una tragedia no es un gran grito que dura un instante. Incluye todo lo que conduce a ella.”

MARGARET ELEANOR ATWOOD

“El abismo es lo que hay entre el brutal horror de los hechos y la mediocridad del hombre que los propició.”

BARBARA SUKOWA

¿La primera víctima de los aranceles estadounidenses a los automóviles y a las piezas automotrices americanas? Redoble de tambores…: ¡la industria estadounidense de automóviles! Trump es un genio a la inversa. Tanto así que si José Antonio Meade no fuera una persona tan prudente y educada, le diría en su cara al mandatario estadounidense y a su equipo de trabajo: “n’ hombre, unos genios...

El golpe que Trump le está propinando a esa industria en su país (aunque no solo en ese) es de antología; no termina de contabilizarse por la magnitud.

Un ejemplo: Estados Unidos compra a México más de 3.3 mil millones de dólares al año ¡solo en frenos de autos! México y Canadá son los países que más piezas automotrices exportan a Estados Unidos. La cadena de producción que después de muchas décadas de perfeccionamiento se estableció entre los socios del T-MEC es algo único y de enorme ventaja comparativa. Trump lo está haciendo añicos.

Pero no son los únicos que se están viendo afectados. China, Japón, Corea del Sur, Alemania, Italia y la India también venden piezas automotrices a EU. Dichas naciones les exportan más de cien millones de dólares al año por CADA pieza de auto; hablamos de ejes, de llantas, de cinturones de seguridad, de ventanas, de radiadores, de embragues, de volantes, de cajas de velocidades, de bolsas de aire, de suspensiones… Cada coche tiene entre 20,000 a 30,000 piezas, sin olvidar que ciertas piezas cruzan la frontera múltiples veces, pues están armadas de diferentes componentes. Hagan cuentas...

De acuerdo con la National Highway Traffic Safety Administration, no hay hoy por hoy un coche cien por ciento hecho en Estados Unidos; ni siquiera los TESLA. Así, a menos que Trump desaparezca de inmediato esos aranceles específicos, las compañías de coches —y por ende el consumidor final— tendrán que pagar costos de producción más elevados.

Las columnas más leídas de hoy

De hecho, la Casa Blanca ya se dio cuenta de ello y, queriendo “ayudar” a las automotrices, decidió crear una deducción a las tarifas basada en contenido estadounidense. Lo anterior ha incrementado la confusión y los costos, y ha acarreado acarreado mayores problemas con México y Canadá.

La tragedia sigue. GM y RAM, compañías estadounidenses, hacen sus pickups más rentables en México. Chrysler tiene la producción instalada instalada de algunos de sus vehículos en Canadá.

VW es la marca que mayor porcentaje de componentes son hechos en México y en Europa. Por lo mismo es de las que más sufrirá los aranceles. De hecho Audi (parte de grupo VW) anunció que piensa comenzar a armar coches en Estados Unidos para evitar los aranceles. Lo intentará con alguno de los modelos. Lo anterior tal vez amparados por lo que dijo Trump de que “considerará exenciones para empresas que muevan su producción hacia Estados Unidos”…

Dado que la “pausa” de 90 días establecida por Donald Trump a los aranceles NO aplica ni a autos ni a autopartes, los fabricantes canadienses y mexicanos ya están pagando millones en tarifas. Esto tendrá un costo de más de 100 mil millones de dólares de acuerdo al Center for Automotive Research.

Como ya se dijo, los más castigados son México (exportó el año pasado 2 millones 556 mil vehículos a nuestro vecino del norte), Canadá y el propio Estados Unidos.

En razón de los aranceles, Ford informó a sus concesionarios que los precios de sus autos se incrementarán a partir de junio. China, por su parte, en respuesta, impuso aranceles de más del 150% a los vehículos estadounidenses que tienen a su país como destino de importación. Esto anuncia que tarde que temprano será imposible que autos gringos se vendan en dicha nación. ¿Quién pierde? ¡Exacto! Estados Unidos y sus armadoras.

Con los datos anteriormente expuestos podemos suponer lo que ocurrirá con la producción de automóviles estadounidenses en México y su exportación. Lo mismo para los que se fabrican más del Río Bravo y se importan a nuestro país. ¿Qué aranceles terminará pagando el consumidor mexicano?

Se puede prever el galimatías que se armará debido a los “contenidos” estadounidenses, mexicanos y canadienses de los automóviles. Pero lo peor es que eso no se limitará a una cuestión de porcentajes. Impactará de lleno a la industria, a las familias que dependen de ella, a empresas y procesos asociados. Al comercio, al transporte. Fábricas se irán al paro o trabajarán mucho menos y los efectos que sufrirán todos los empleados asociados se multiplicarán en todo el país. Si para Estados Unidos es un durísimo golpe, lo podemos multiplicar para México.

La gran ganona será la industria automotriz china. Esta de por sí ya había incursionado con el acelerador a tope en México. Si sus autos eran más baratos que los coches americanos, ahora lo serán mucho más.

Giro de la Perinola

Trump no entiende. Ahora culpa al presidente de la FED de no querer bajar las tasas de los intereses para que el impacto de los aranceles no sea tan terrible en Estados Unidos. Jerome Powell, presidente de ese órgano, ya dijo que no; que no hará movimientos bruscos hasta saber qué es lo que más conviene a la economía estadounidense.

Ante la negativa de Powell, Trump analiza la forma de destituirlo.

Se sabe, los populistas con aspiraciones autócratas no soportan que alguien les diga “no”. O les señale sus errores.