“Un buen matrimonio es diferente a un matrimonio feliz.”
DEBRA WINGER
No es lo mismo la maglia rosa que el chaleco guinda de Morena. La primera es premio al esfuerzo, al que da todo por ganar cada vuelta del Giro de Italia; lo segundo… pues no hay que hacer gran cosa para tenerlo. Vaya, nada que presumir.
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Un paréntesis:
Isaac del Toro es la muy joven estrella mexicana que estos días triunfa en Italia. Es el ciclista más joven en lograr sumar nueve días portando la maglia rosa. Desde 1940 con el italiano Fausto Coppi no se lograba esta hazaña ciclista. La historia del “Torito” es una historia de dedicación, de sacrificio y de apoyo de su familia.
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Y sí, no es lo mismo el apoyo que recibe el “Torito” por parte de su familia, que el apoyo que recibe Evelyn Salgado, “La Torita”, por parte de su padre Félix Salgado.
No, no es lo mismo prepararse todos los días para tener la condición física y mental como la de Isaac, a recibir sin preparación, experiencia y mérito alguno la candidatura para la gubernatura de Guerrero, tal y como la recibió la hija de Felix Salgado precisamente por ser hija de papi.
No es lo mismo ganar las carreras del Giro de Italia a base de tesón, esfuerzo y sacrificio; que intentar ganarle AL gobierno —y ganar EL gobierno— solo por poner campamentos en el Zócalo, desquiciar la Ciudad de México y no hacer nada por los educandos, tal y como sucede con la CNTE.
Por supuesto no es lo mismo ser un “garbanzo de a libra” por llevar la delantera en el deporte más demandante del planeta, que no recibir siquiera “frijol con gorgojo” porque el precio de los alimentos continúa al alza cortesía de AMLO y la 4t.
No es lo mismo pedalear en equipo como lo hace el "Torito“, a ser presidenta (con A) y tener que recibir “topes” y trastadas de quienes deberían actuar como su equipo, pero se dedican a pegarle deseando que sea ya la fecha de revocación de mandato.
¡Vaya que no es lo mismo crecerse para ocupar el 1er lugar, a crecer solamente un 0.1%!
No es lo mismo el esfuerzo y el sacrificio de la familia de años, particularmente de José del Toro, a que la Conade y la gobernadora de Baja California —esa señora que no quieren ver en tierras estadounidenses— llegue en el último minuto a presentarse como si fuesen gracias al gobierno los increíbles logros del ciclista.
No es lo mismo llegar a la meta por el esfuerzo y la preparación que llegar vía tómbola y una elección amañada e híper costosa a ocupar un puesto para el que no se está preparado.
Para nada es lo mismo ser un caballero en el deporte y aplaudir a los contrarios, que estar en la política y hablar pestes de todos los pasados y presentes sin necesidad.
No es lo mismo decir: “no tengo nada qué perder… y hoy no fue más fácil que ayer, pero seguro que tengo mejor mentalidad”, a la aberración de que un ciudadano tuviera que pedirle perdón a un senador en el pleno legislativo por haberle dicho verdades a su cara.
No es lo mismo la emoción que sentimos todos al ver al “Torito” ganarle a todos a la buena, por su esfuerzo y dedicación; a la apatía que genera la elección de los ministros y magistrados que se han esforzado poco o casi nada.
No, definitivamente no es lo mismo.