“En estos tiempos o en todos, conviene saber quién es cada cual antes de abrir demasiado la boca.”

ARTURO PÉREZ-REVERTE

“Con esa gente que enarbola su integridad moral, se puede estar seguro de que hay muertos dentro de todos los armarios.”

PIERRE LEMAITRE

84 asesinados tan solo el domingo. Un Auschwitz encontrado en Jalisco el viernes; 400 personas ahí cremadas. Un país que se desangra… Pero lo importante es hacer un festín en redes sociales para denostar a Isabel Miranda de Wallace y a Norma Lucía Piña.

Hay gente ruin y miserable, luego la que se expresa así de quienes ya no pueden defenderse ya sea porque están muertos o en la lona. Y eso es Alejandro Solalinde; un representante de la miseria humana. Alguna vez considerado sacerdote, hoy destilando veneno en X al llamar la “anti mujer” a la señora Isabel Miranda; al hablar de la aún ministra presidenta de la SCJN: “Qué suerte que no tuvo que enfrentar lo que le espera a Norma Piña. Ambas representan lo más podrido del poder judicial. Los que por años la han apoyado, deben sentir vergüenza; los que la protegieron, sus cómplices, son remanentes de un sistema fallido”.

Ahora resulta que Solalinde es experto constitucionalista y que sabe qué necesita el Poder Judicial. ¿Quién es él para dictar sentencia terrenal sin ni siquiera haber existido juicios del Derecho de por medio?

No voy a defender en lo personal y en lo profesional ni a Miranda de Wallace ni a Piña Hernández, no conozco de cerca sus vidas o sus trayectorias. Lo que sí deseo plasmar en esta columna es que, por una parte, es/fue derecho de ambas combatir lo que ellas consideraron son atropellos, delitos e injusticias y, por la otra, son de lo más despreciables quienes a ellas golpea estando ya indefensas.

¿En qué momento nos perdimos como sociedad, pero particularmente como autoridades, que resulta más importante cuestionar los posibles intereses secundarios de una persona que el hecho mismo de denunciar un secuestro o un asesinato? De acuerdo con Solalinde, es pecado que una mujer no permita que el gobierno continúe diciendo que los muertos de manera violenta en este país forzosamente tienen nexos con el crimen organizado.

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Sí, para Solalinde el crimen de la activista fue tratar de encontrar a los secuestradores y asesinos de su hijo y al mismo tiempo intentar ser jefa de gobierno de la CDMX por Acción Nacional.

La fundadora de Alto al Secuestro brindó apoyo a muchas familias que también sufrieron en carne propia la tragedia de familiares, además de visibilizar en la palestra pública el mal. No cobró por su apoyo y visibilizó una de las tantas lacras que fustigan a nuestro país.

Nelson Vargas, quien sufrió el secuestro y asesinato de su hija, agradeció de manera pública a Wallace su apoyo en ese momento aciago.

Adrián Lebarón, quien sufrió el cobarde asesinato de su hija y sus nietos, también compartió su pena por la muerte de Isabel Miranda.

Son tan solo dos ejemplos de personas que sufrieron la misma pena y que se solidarizan ante la pérdida de Isabel Miranda. Su tenacidad y valentía fue ejemplo para muchos.

¿En qué aspecto destaca Solalinde, en cambio? En ser “el pollero de Dios”, aunque ni por esas ayudó a migrantes, a los más pobres y quienes se están viendo afectados en su hogares ante el embate de Trump. Ante el grande y poderoso, el padrecito calla. Cobarde.

Como cobardes y cínicas son las tres ministras espurias quienes en días pasados han vuelto a “sobresalir” al buscar hacerse del control del naciente Órgano de Administración Judicial, el cual reemplazará al Consejo de la Judicatura Federal. Sus miembros controlarán la administración de 800 juzgados de Distrito, tribunales de Circuito, la Corte y el Tribunal Electoral. Y por supuesto, ellas quieren que la “próxima corte” sea quien decida los nombramientos y no la SCJN actual. Seguramente, la administración de tantos recursos les interesa.

Muestra de su poca calidad humana es patear lo que está falleciendo, desapareciendo. Peor que sacar madera del árbol caído. ¿El pecado de Norma Piña? Intentar mantener la autonomía del Poder Judicial, por la cual ya había cobrado (y no barato) Arturo Zaldívar.

Ante esto tengo una pregunta: ¿de verdad es prioritario golpear a estas dos mujeres en lugar de mirar hacia el lado opuesto y ver las tragedias que cercenan la vida de tantos y tantos? Es aprovecharse de la muerte de una y el ocaso de la otra (como la ministra que termina su periodo) para golpearlas, en lugar de exigir un alto a la violencia en México. Es de cobardes como Solalinde o como las tres mencionadas ministras meterse solo contra los débiles.

El actuar de esta nefasta persona refleja su miseria humana. Este no es el actuar de un hombre de la Iglesia. Hay entre nosotros promotores y promotoras del odio, de la inquina y del engaño.

Mas todo se paga en esta vida; y si no en esta, para aquellos que creen en el más allá, como Solalinde, ciertamente tarde que temprano en manos del Creador.

Giro de la Perinola

Hablando de engaños y mentiras, ni siquiera Elon Musk quiere sustraerse de ese mal hábito. Ante el desperfecto de ayer en su plataforma X culpó de un complot en su contra a un país —Ucrania— que hoy por hoy se encuentra indefenso y a merced de Rusia. En todos lados hay gente miserable, que ni qué.