“Pretender vivir del pasado es la utopía más estéril y peligrosa.”

RICHARD WAGNER

“La vida es algo gracioso, un arreglo misterioso de lógica despiadada para un propósito fútil. Lo más que podemos esperar de ella es un poco de conocimiento de sí mismo, que llega demasiado tarde; una cosecha de pesares inextinguibles.”

JOSEPH CONRAD

Sin límite de tiempo. O sí, hasta que finaaaaaalmente logren detener el desabasto de medicinas o agarren a un pez gordo del crimen organizado, o Trump diga que ya no van los aranceles, ni del 30% ni los de antes ni nunca ni siquiera los del tomate…

Mientras tanto, esta pelea —cual lucha libre— es sin límite de tiempo.

Me gustaría decir que son rudos contra técnicos, pero la verdad es que ambos contrincantes presumen de técnicos. Ella de científica, además; aunque ambos en algún momento se han dibujado como “rudos, rudos, los rudos”. Probablemente no son ni lo uno ni lo otro.

Así que sin mayor preámbulo, en una esquina (o del otro lado del Río Bravo) se encuentra el abogado de Ovidio Guzmán López, Jeffrey Lichtman, y de este lado la presidenta Claudia Sheinbaum. ¿Quién ganará? Seamos francos, ¿acaso importa?

Lo realmente importante es entender que a ambos personajes les conviene y les favorece prolongar este pleito y politizar el conflicto.

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El abogado necesita un foro tan grande como la mañanera para que otros capos del CO piensen en contratarlo. Desgraciadamente ¡hay un chorro de clientes potenciales!

Mas la presidenta con A necesita también, y a como dé lugar, una historia, un pretexto —otro más— para tener como saco de arena y con ello desviar la atención de todos los temas urgentes e importantes que pesan y pasan en el país.

Un round de sombras, una lucha donde se esgrima que el abogado no tiene pruebas de sus dichos, volverlo un enfrentamiento épico. Para él lo mismo: culpar al gobierno mexicano de los problemas que hay en Estados Unidos con las drogas. Que su cliente sea un narcotraficante sin escrúpulos es lo de menos.

La estrategia de aminorar las condenas a sus clientes culpando a los distintos gobiernos de México no es nueva. Y sí, lo pongo en plural porque los gringos ya tienen a García Luna (de Calderón), tuvieron a Cienfuegos (de Peña Nieto); ahora yendo tras quien fuera el secretario de seguridad pública de Tabasco (de Adán Augusto López). Total, que hay material para armar su caso contra gobiernos federales y locales, presentes y futuros y acusarlos de narcos, de crimen organizado, de huachicol, de corrupción en general.

De este lado de la frontera a Claudia le conviene como simple distractor. Y le llamo ‘simple’ porque supongo que Arturo Zaldívar y/o Ernestina Godoy ya le informaron que la demanda por difamación en nuestro país ya NO se considera delito a nivel federal y en gran parte de las entidades federativas. Solo procedería en Campeche, Jalisco, Nuevo León, Sonora, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas. En Estados Unidos, la difamación sí existe como un asunto civil, no como delito penal.

Por eso es que estoy cierta de que a lo que a Sheinbaum le importa no es la investidura presidencial ni el honor de México, sino el ruido que causará con todo este teatro.

Un distractor para poder continuar ofreciendo “atole con el dedo” a todos y que no se hable o se discuta cosas tan importantes y acuciantes como Pemex, su deuda; lo que dirá Ovidio (nótese que ahora el pleito es con el abogado, no con lo que diga el hijo de El Chapo); el desabasto de medicinas; la carta de Trump; la rampante violencia; los señalamientos a diversos integrantes de la 4t; la amenaza de la CNTE de volver a manifestarse en la CDMX; y, sí, también, el peso que ya es López Obrador para la presidenta y a quien insiste en defender.

Si logra prolongar y politizar más el conflicto con el abogado de Ovidio, la primer mandataria logrará que hablemos de ello, que se olvide lo principal del juicio de Ovidio, pero la triste realidad, el recuerdo que se tendrá de su gobierno dentro de algunos años, mostrará que se perdió el tiempo en una demanda estéril y que, de gobierno, no hubo mucho más.

Giro de la Perinola

(1) El respeto se gana; el te vas a “visitar a López Obrador” (entiéndase te vas a La Chingada), también. No creo que la táctica de prolongar y politizar más el conflicto con el abogado de Ovidio sea bueno para Claudia Sheinbaum. Pero suponiendo que sí lo sea, sugiero deje fuera a Godoy, su consejera jurídica; ella solo le traerá problemas. Ya hemos visto que cualquiera de los lineamientos de ley (sea en iniciativas, contestaciones, posicionamientos) dejan mucho que desear. Ahora que Godoy señala como “falsas” e “inverosímiles” las declaraciones del abogado de Ovidio y exige “respeto para la presidenta y al pueblo de México. México se respeta aquí y en cualquier lugar del mundo”, le hago ver que la presidenta y/o el gobierno y/o la 4t NO es México.

(2) De favor, que ni ella ni Zaldívar ni Lenia Batres formulen la demanda de difamación, seguro harán que Sheinbaum pierda. ¿Qué ocurriría entonces? El pueblo de México —ahí sí los contribuyentes— terminarían pagando, además de la demanda, una contrademanda que seguro interpondrá el abogado de Ovidio.