“Días de mucho, vísperas de nada.”

REFRÁN

“Sólo el gobierno es capaz de coger un papel perfectamente bueno, cubrirlo con tinta perfectamente buena y hacer una combinación absolutamente banal.”

MILTON FRIEDMAN

Samuel García y Mariana Rodríguez volvieron a mostrar que aquello de la austeridad no va con lo naranja de MC y que su gestión al frente del “nuevo” Nuevo León es igual o más cuestionable que la de su antecesor. También hicieron ver que no conocen la empatía ni la memoria pues muy pronto olvidaron por completo el macabro hallazgo del crematorio de Teuchitlán, plasmado este en una foto de cientos de zapatos de las víctimas.

Por mucho que Mariana dijera después que el calzado de su hija son regalos y que eventualmente se donarán, el enseñar los más de 120 pares de zapatos de su retoño de dos años en un vestidor diseñado y dispuesto para ello, exhibió a Samuel García y demostró la naturaleza de ambos personajes: adictos al derroche, ávidos de reflectores.

Samuel García se siente influencer, gobernador, empresario y no entiende que el exhibir y presumir lujos excesivos siendo representante popular es una mentada de progenitora.

¿En qué mundo viven? (Me refiero a Samuel, a Mariana, a representantes populares de todo tipo como Pedro Haces, el alcalde de Tolimán (Querétaro), Alejo Sánchez, quien asegura que su Rolex fue “un regalo de los niños de primaria”, y etcétera, etcétera, etcétera.

Tal parece que compartir lo que hace en obras, para disminuir la violencia y para lograr llevar el agua a todos los habitantes de NL le resulta demasiado aburrido. A él lo que le va es la frivolidad, la imprudencia, la opulencia y el va… le madrísimo.

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El fosfo individuo debería aprender de la historia (seguro no la conoce y menos le importa). Valgan algunos ejemplos: Ferdinand e Imelda Marcos (primera dama de Filipinas) cayeron cuando todo el mundo supo de los miles de zapatos que ella tenía (y presumía) mientras su pueblo moría de hambre. Así se siente la presunción de los García-Rodríguez.

Lo que movió la tierra rusa de los zares no fue solo el pensamiento de Marx; influyeron —y mucho— los derroches de sus gobernantes y el hambre que padecía su pueblo.

A María Antonieta (a quien se le atribuye eso de “comer pasteles”), su frivolidad y la de su esposo, Luis XVI, los llevaron a la guillotina.

Nicolae Ceausescu, presidente de Rumania, y su esposa Elena contaban con depósitos superiores a los mil millones de dólares en bancos extranjeros. Fueron asesinados por el pueblo.

Ojalá que Samuel entienda que la combinación de lujo obsceno con ser figura política es una invitación al desprecio por parte de la población.

En el caso del gobernador regio no nos confundamos: lo que muestra no es ternura; es exceso. No es la inocencia de un padre, es la burla inaudita. Ya no esconde sus excesos (y no sé si sus malos manejos) en un clóset; los exhibe cínicamente.

Hay niños en su estado que no tienen agua, salud ni futuro; ahí están para demostrarlo Capullos que promueve y gestiona su esposa.

El exhibir los contenidos de un clóset puede considerarse una pifia, pero deja de serlo cuando se recuerdan otros escándalos de corrupción de Samuel, como aquel de su inmenso rancho, la compra de un terreno de 17.7 hectáreas y la desaparición de una granja con muchas muchas canciones…

La historia enseña que el lujo obsceno es siempre el principio del fin. Cuidado: la defensa que hará la presidente Sheinbaum de ese par no será ni remotamente cercana a la que le concedía AMLO.