“Le mostré la oscuridad y la suciedad que mueven el mundo, y no me lo perdonó nunca.”
PAUL AUSTER
¡Exhibidos! No cabe duda que más rápido caen los habladores que los cojos. Me refiero a Alejandro Gertz Manero y Gerardo Fernández Noroña y sus versiones de los hechos de Teuchitlán. Por supuesto, no son los únicos “hermanos incómodos” de la 4t. El régimen nos quiere perder en tecnicismos, sin embargo hay hechos de los que no te puedes sacudir y menos aún negar.
Lo dije hace una semana: el gobierno iba a tener que ajustar su verdad oficial a partir de los testimonios de criminales, pero también de sobrevivientes, de carne y hueso ligados al Rancho Izaguirre. Y así ha comenzado a ocurrir. Primero las múltiples pruebas reveladas en video por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco que dan cuenta de cómo estaban las evidencias originalmente halladas en ese lugar, luego a partir de lo dicho por el reclutador del CJNG recientemente apresado por el gobierno de Claudia Sheinbaum, José Gregorio Lastra Hermida. Ambas cosas han abierto la puerta a hechos que no se pueden soslayar.
Así, aunque el gobierno insista en rechazar que el rancho fue un campo de extermino, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Pública federal, reconoció que a dicho rancho se llevaba por la fuerza a las personas para adiestrarlas y, si se escapaban, resultaban no aptos o se negaban a colaborar, eran asesinadas. Lo informado por él, lo grabado por el colectivo, lo narrado por testigos como este criminal muestran una triste realidad imposible de ocultar por más que se tapen con cemento las fosas o las distintas autoridades desaparezcan evidencias.
Ernestina Godoy, consejera jurídica de la Presidencia, reapareció. Ella también para simular. Para decir que las personas desaparecidas “siguen siendo uno de los compromisos más importantes para el gobierno de Claudia Sheinbaum”. Palabras huecas. O peor, dado que propuso una serie de acciones que harán más complicada —no más sencilla— la localización de personas. Empezando porque no es lo mismo secuestradas que desaparecidas. La estrategia por la que el gobierno de Sheinbaum ha optado le estallará a ella en su cara.
Algo está realmente podrido desde hace meses. Continuamente constatamos que la 4t dedica más tiempo, esfuerzos, saliva y recursos en deslindarse y corregir a los críticos que en resolver las desapariciones mismas.
Hay un elefante dentro de la sala del que el gobierno no quiere hablar: la descomposición que dejó López Obrador gracias a sus “abrazos, no balazos”. No agravar o, mejor aún, enderezar el desastre heredado sin poder mencionar a quién impulsó a los criminales, debe ser extenuante. Eso de cargar con las fallas y omisiones del pasado como si fueran propias, no ayuda a la solución de los desafíos.
La forma en que los distintos órdenes de gobierno han manejado todo lo relacionado al rancho ha generado más incertidumbres que certezas. Máxime si se confirma que hubo alteraciones deliberadas de las instalaciones y evidencias por parte del gobierno.
Los padres/madres de los desaparecidos no merecen volver a vivir una doble “desaparición” de sus seres queridos. No se vale, es de lo más inhumano quitar el último consuelo a la gente en aras de una verdad edulcorada.
Giros de la Perinola
(1) Bueno que la Dra. Kenia López Rabadán presente una iniciativa de reforma constitucional para que se garantice el derecho humano a ser buscado. Malo constatar lo siguiente: hasta dónde hemos llegado que ahora se pide el derecho a ser buscado ya que te mataron...
(2) Dice Claudia Sheinbaum: “la verdad es que nadie va a ocultar la verdad”. Traducción: el régimen ya la ocultó y tiene a un séquito de youtubers alineados al gobierno que inmediatamente saltaron para reforzar la lectura del oficialismo.